La hidratación y la influencia del Hidrógeno Molecular

El agua, el disolvente universal, es fundamental para la vida y desempeña un papel fundamental en todos los procesos biológicos de nuestro cuerpo [1]. Sus propiedades únicas la hacen indispensable para el funcionamiento celular, las reacciones bioquímicas y los procesos fisiológicos.

Mantener una hidratación óptima es un equilibrio delicado en el que influyen numerosos factores, entre ellos el clima, la actividad física, la dieta y el estado general de salud. La deshidratación, incluso leve, puede provocar importantes deterioros fisiológicos y cognitivos.

Los efectos de la deshidratación incluyen:

  1. Disminución de la función cognitiva: deterioro de la concentración, la memoria a corto plazo y la toma de decisiones.

  2. Rendimiento físico reducido: disminución de la resistencia, aumento del esfuerzo percibido y deterioro de la termorregulación.

  3. Mayor riesgo de infecciones del tracto urinario y cálculos renales.

  4. Alteraciones del estado de ánimo y aumento de la fatiga.

  5. Función cardiovascular deteriorada: aumento de la frecuencia cardíaca y disminución del volumen sistólico.

Investigaciones recientes han explorado los posibles beneficios del hidrógeno molecular (H₂) para optimizar la hidratación y la salud en general. El hidrógeno molecular es un gas que puede disolverse en agua, lo que crea agua rica en hidrógeno.

Algunos estudios sugieren que el agua rica en H₂ puede:

  1. Mejora la hidratación celular mejorando la función de las acuaporinas.

  2. Proporciona efectos antioxidantes al reducir selectivamente las especies reactivas de oxígeno dañinas.

  3. Mejora la fatiga inducida por el ejercicio y reduce los niveles de lactato.

  4. Mejora potencialmente el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo.